Depresión posparto (DPP)

La DPP es un tipo de depresión que ocurre después del parto, generalmente dentro del primer año. Se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, irritabilidad y fatiga, que pueden interferir con la capacidad de la madre para cuidar de sí misma y de su bebé.

Frases estigmatizantes comunes en México sobre la depresión posparto

1. «¡Pero si deberías estar feliz, ya tienes a tu bebé!»

  • Estigma: Minimiza el sufrimiento emocional al asumir que la maternidad solo debe traer felicidad.
  • Impacto: Hace que las madres se sientan culpables por experimentar tristeza o ansiedad.

2. «Eso es puro cansancio, ya se te va a pasar.»

  • Estigma: Asocia los síntomas depresivos con algo pasajero o físico, sin reconocer la carga emocional o mental.
  • Impacto: Retrasa la búsqueda de atención profesional.

3. «Antes las mujeres no se quejaban, aguantaban todo.»

  • Estigma: Romantiza el sufrimiento materno y promueve la negación del malestar emocional.
  • Impacto: Refuerza la idea de que pedir ayuda es signo de debilidad.

4. «Lo que necesitas es ocuparte y dejar de pensar tonterías.»

  • Estigma: Desacredita los síntomas depresivos y los reduce a “ociosos”.
  • Impacto: Genera aislamiento y vergüenza.

5. «Seguro es porque no te sabes organizar como madre.»

  • Estigma: Culpa a la madre por sus dificultades, asociando la depresión con incompetencia.
  • Impacto: Aumenta la autoexigencia, el autojuicio y la desesperanza.

6. «¿Cómo vas a estar deprimida si tu bebé está sano?»

  • Estigma: Asocia el bienestar del bebé con la obligación de la madre de estar feliz.
  • Impacto: Invalida las emociones genuinas de la madre.

7. «Eso de la depresión es cosa de ricos o de gringos.»

  • Estigma: Refuerza la idea de que los problemas de salud mental no son “reales” o no aplican en ciertos sectores sociales.
  • Impacto: Impide que personas de comunidades marginadas o rurales busquen ayuda.

Prevalencia DPP

Según los datos más recientes disponibles de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, la prevalencia de sintomatología depresiva (SD) en madres mexicanas con hijos menores de cinco años fue del 19.91%. Esto implica que aproximadamente 4.6 millones de niños viven con madres que podrían estar experimentando síntomas de depresión moderada o grave.

Factores de riesgo

Históricamente reconocidos: Cambios hormonales intensos; Antecedentes de depresión o ansiedad; Falta de apoyo emocional o de pareja; Estrés económico o social; Parto complicado o prematuro

Hemorragia posparto (HPP): Las mujeres que experimentaron HPP tenían un 28% más de riesgo de desarrollar DPP, especialmente si tenían antecedentes de ansiedad o depresión.

Consumo de sustancias durante el embarazo: Las mujeres que consumieron tabaco, alcohol u otras sustancias durante el embarazo tenían hasta 3.7 veces más probabilidades de desarrollar DPP.

Estrés en la adolescencia: El estrés social durante la adolescencia puede llevar a una elevación prolongada del cortisol después del parto, aumentando el riesgo de DPP.

Si notas estos síntomas durante más de dos semanas, habla con un profesional de la salud:

  • Tristeza persistente o ganas de llorar sin razón
  • Fatiga extrema o dificultad para dormir (incluso cuando el bebé duerme)
  • Ansiedad o ataques de pánico
  • Sentimientos de culpa o inutilidad
  • Dificultad para vincularte con tu bebé
  • Pensamientos negativos sobre ti o tu bebé

Tratamiento DPP

Terapias psicológicas: la terapia cognitivo-conductual, siguen siendo efectivas y son preferidas por muchas mujeres.

Ejercicio físico: más de una hora de ejercicio moderado a la semana puede reducir la gravedad de los síntomas de DPP y disminuir el riesgo de desarrollar depresión clínica en un 45% .

Tratamientos farmacológicos: Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina, son comúnmente recomendados debido a su eficacia y seguridad durante la lactancia.

Depresión posparto en padres: una realidad silenciosa

Cuando hablamos de depresión posparto, solemos enfocarnos en las madres. Sin embargo, los padres también pueden experimentar alteraciones emocionales profundas después del nacimiento de un hijo. Reconocer esta realidad es clave para construir una salud mental perinatal integral y sin estigmas.

Estigmas en la depresión posparto en el padre

1. «Los hombres no lloran» / «Tienes que ser fuerte por tu familia»

  • Trasfondo: Machismo tradicional que asocia la masculinidad con la fortaleza emocional y el silencio del sufrimiento.
  • Impacto: El padre reprime emociones, evitando hablar de su estado emocional o buscar ayuda profesional.

2. «¿Cómo te vas a deprimir tú, si no pariste?»

  • Trasfondo: Idea errónea de que solo las madres tienen derecho a sufrir emocionalmente en el posparto.
  • Impacto: Invalida su experiencia como padre y genera culpa o vergüenza por sentirse mal.

3. «Deberías estar agradecido, ya tienes un hijo sano»

  • Trasfondo: Mito de que el nacimiento de un bebé solo debe generar felicidad.
  • Impacto: Hace sentir al padre como ingrato o egoísta, bloqueando la expresión de emociones difíciles.

4. «La depresión es cosa de mujeres»

  • Trasfondo: Estereotipo que feminiza la vulnerabilidad y desacredita los trastornos mentales en hombres.
  • Impacto: Disminuye la detección de síntomas en los padres y normaliza conductas de evasión (alcohol, ira, trabajo excesivo).

5. «No tienes tiempo para eso, tienes que trabajar»

  • Trasfondo: Rol del padre proveedor, que minimiza la salud mental frente a la exigencia económica.
  • Impacto: El padre pospone su bienestar mental, lo que puede derivar en una depresión más severa o crónica.

6. «¿Depresión? Eso es falta de carácter»

  • Trasfondo: Cultura del aguante y desprecio por el sufrimiento emocional, visto como debilidad.
  • Impacto: Refuerza el autoestigma, impide pedir ayuda y favorece el deterioro del vínculo familiar.

Aproximadamente 1 de cada 10 padres de recién nacidos experimenta depresión, con un pico de prevalencia del 25% entre los 3 y 6 meses posparto. La depresión paterna se ha asociado a un mal uso del consumo de alcohol, a escaso apoyo social, a una peor calidad del vínculo padre-hija/o y a un mayor riesgo de problemas relacionales con la pareja; todo ello indicando un incremento del riesgo sobre la salud física y emocional del padre, de su pareja y del bebé. 

Aunque los padres no atraviesan cambios hormonales como las madres, experimentan:

  • Presión social por «ser el sostén emocional y económico»
  • Cambios drásticos en el estilo de vida y el descanso
  • Sentimientos de exclusión si no pueden participar en la lactancia o el vínculo inicial
  • Ansiedad por el bienestar de la madre y el bebé

Los signos pueden ser distintos a los de las mujeres:

  • Irritabilidad o cambios de humor
  • Aislamiento social
  • Abuso de sustancias
  • Trastornos del sueño o apetito
  • Dificultad para conectar con el bebé o la pareja
  • Sentimientos de inutilidad, enojo o frustración

1.«Reconocer la depresión posparto no destruye a la familia, la fortalece.»

2.«Ser madre o padre no significa ser invencible. También necesitas cuidados.»

3.«Una mente cuidada es el mejor regalo que puedes darle a tu hijo.»

4.«El amor propio también se cultiva pidiendo ayuda.»

5.«No estás sola. No estás solo. La salud mental también se atiende en familia.»

6.«No es debilidad, es depresión posparto. Y tiene tratamiento.»

7.«Hablar de lo que duele también es maternar. También es paternar.»

8.«Silenciar la depresión posparto pone en riesgo a toda la familia. Escucharla, salva.»

9.«Cuando una madre o un padre se cuidan, la familia crece más fuerte.»

10. «La salud mental perinatal no es un lujo: es un derecho.»

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